Timor

Es curioso como de pronto vuelve todo a desordenarse. Cualquier palabra de ésas que te llegan directamente al sitio donde guardabas todo. No sé si haré bien volviendo a escribir sobre su idea. Ni tan siquiera sé si lo hago por el motivo que siempre me lleva a escribir. Lo único que sé es que hoy he llegado a casa intentando no pisar el mar de recuerdos que navegaban a la deriva.

No es nostalgia, probablemente tampoco tristeza, ni desorientación. Probablemente sea el miedo a reconocer que aún, a estas altura, aún bailo con su ausencia. Aunque me inviten a bailar. Aunque me guste la música de fondo que suena mientras otra persona me ayuda a coger el ritmo. No sé si es que sigo esperando la misma canción que bailaba con él o es que me he acostumbrado a bailar con su ausencia.

Pero es justo cuando aparece. Cuando nos reímos de mil cosas con tal de no escuchar nuestras cabezas, ni nuestros ojos, esquivos de toda verdad. Hace tiempo que aprendí a leerle los silencios, los ojos y sus metáforas. Lo que nunca sabré es si él aprendió a leerme a mí.

Estoy cansada de "y si..", aunque me siento acojonada cuando trato de abatirlos. ¿Qué me habrá llevado hasta aquí? ¿Por qué sigo huyendo de mí cuando me veo en la incertidumbre de otra nueva canción? ¿Será esa misma incertidumbre la que me lleve a huir de todo?

Esta absurda obsesión de tenerlo todo atado, seguro y sin querer vernos en el abismo. Cuántas cosas nos habremos perdido y perderemos por no vernos señalados por la tristeza. Cuántas cosas perderemos por no querer sentir que hemos perdido. Cuántas cosas perderemos por no querer vernos al otro lado de todas aquellas cosas que queremos, pero nos da miedo querer.

Y yo aquí, escribiendo sobre algo que quisiera que pasara pero por miedo a sentir miedo, sigo escribiendo sobre él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario