Sigo sentándome frente a la misma ventana desde la que pensaba en ti. Quizá sea ése mi error, volver a donde nunca partí. Y siempre huyendo,...
En una palabra, desde hace mucho tiempo ya no cree en nada, se ríe de todo y le resulta difícil resistirse a la fascinación vertiginosa de la estupidez humana. Pero quizá se esfuerza en reírse de todo para no tener que llorar y la ironía constituye su baluarte defensivo frente al mundo -y su salvación. Ya ha vivido una, dos o tres vidas.